Homeopatía, en busca del equilibrio perdido

Qué ofrece esta medicina no oficial que apunta a restablecer la armonía entre cuerpo, mente y espíritu. Cómo distinguirla de la falsa homeopatía

“Lucía comenzó a sufrir episodios de alergia a los dos años y medio. Eso derivó en broncoespasmos que se repitieron casi semanalmente hasta los 6. Había visitado varios médicos y ninguno lograba curarla, entonces una amiga me recomendó ir a ver a una homeópata.

La doctora le sacó la medicación y los corticoides que venía tomando y sólo le dio unos globulitos. Además, descubrió que su problema es que no respira bien y por eso le aconsejó hacer eutonía.

“Hace un año que mi hija está bien”, relata Raquel, mamá de Lucía y también de Francisco. Gabriela, la amiga consejera de Raquel, pasó por una historia similar.

“Me gusta la homeopatía porque no va al síntoma, sino a lo que lo rodea –cuenta–. Para mí es un estilo de vida.

No sólo estás mejor físicamente, también te armoniza emocionalmente y te prepara para no enfermarte. En casa tengo un botiquín homeopático y toda la familia se atiende con este tipo de medicina.”

Muchos comentarios como éstos se repiten cuando se habla con pacientes que acuden a médicos homeopáticos, pero ¿cuál es el fundamento de esta medicina?

“Es un sistema terapéutico basado en la observación de la naturaleza que responde al planteo vitalista: entiende al hombre como una unidad indivisible, cuerpo (materia) y una energía vital que lo anima (ánima o alma). Desde esta perspectiva, la enfermedad es causada por la alteración dinámica de la energía vital y no en el principio material (el cuerpo), que desde luego se ve afectado, pero de manera secundaria”, explica Fabiana De Ridder, docente de materia médica del Instituto de Altos estudios Homeopáticos James Tyler Kent.

Esta disciplina cuenta con más de dos siglos de historia. ¿Cómo empezó? Fue de la mano del médico alemán Samuel Hahnemann (1755-1843).

“El se dio cuenta de que con los remedios que se recetaban en ese momento se hacía mucho daño a los pacientes, por eso abandonó su profesión y se dedicó a traducir libros. Así, en uno de sus trabajos tuvo que redactar en otro idioma los síntomas de la Cinchona officinalis , corteza de un árbol peruano que se usaba para curar el paludismo. Lo que Hahnemann intuyó es que esa sustancia también debería causar los síntomas de la enfermad en personas sanas. Y lo comprobó en sí mismo, retomando la teoría de Hipócrates: Similia similibus curentur (cura por lo semejante)”, describe Mónica Moreno Galaud, vicepresidenta de la Asociación Médica Homeopática Argentina.

Una medicina empírica

Hahnemann repitió esa experiencia con otras sustancias y registró los síntomas en el libro Materia médica , que es el volumen de farmacología homeopática que aún hoy se utiliza, aunque con muchos más aportes. “Así instauró la primera forma de trabajo biológico: la patogénesis, que es el estudio de los medicamentos en personas sanas. Somos una medicina empírica”, aclara Moreno Galaud.

“Pero algunas de esas sustancias en las dosis que se tomaban eran tóxicas. Entonces, utiliza dosis cada vez más pequeñas: toma una parte de la sustancia que quiere atenuar y la mezcla con 100 partes de azúcar de leche o agua alcoholizada. Luego, sacude el preparado con golpes enérgicos y secos. Así es como prepara las diluciones. Al experimentar con las sustancias diluidas (pero también agitadas vigorosamente) hace un nuevo descubrimiento: sustancias inertes en su estado ponderal (antes de ser diluida), al pasar por el proceso que las diluye se despiertan nuevas propiedades medicamentosas en ellas. Esto es el proceso de dinamización, que es la dilución en agua y sucesión (agitación) de una sustancia hasta obtener cantidades infinitesimales de ésta en una solución. Y, además, dejan de ser tóxicas, lo que no significa que sean inocuas”, explica Fabiana De Ridder.

La profesional también aclara que “existen falsos remedios homeopáticos que en general son aquéllos indicados en los tratamientos para adelgazar. Se trata de recetas magistrales que contienen anorexígenos, hormona tiroidea, diuréticos y más”.

“Por todo esto es que la homeopatía tiene sus principios fundamentales, que son: lo similar cura lo similar, los medicamentos son diluidos y dinamizados, se experimenta mediante la patogenesia y se da un remedio único. Esto último es porque si damos más de uno no sabemos cuál es el que está curando realmente al paciente y así no terminamos de conocer la causa de su enfermedad”, cuenta la vicepresidenta de la Asociación Médica Homeopática Argentina.

Según Moreno Galaud, la definición del concepto de salud es importante en esta medicina. “Para estar sanos tenemos que tener un equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu o energía vital. Distintas circunstancias de la vida nos atacan y rompen esa armonía. Eso se manifiesta primero con síntomas leves que si no se tratan se van concretando, es decir, se hacen físicos y hasta pueden lesionar los órganos. Para nosotros el desequilibrio total es el cáncer.”

“Lo que vemos en el consultorio son las manifestaciones anatomoclínicas, lo que nombramos como enfermedad. Son los esfuerzos de la energía por restablecer el orden que se perdió. Vemos funcionando esta fuerza cuando alguien se intoxica y comienza con vómitos y diarrea, o en la gripe cuando aparece la fiebre. Los primeros intentan eliminar el tóxico y la temperatura quiere detener la infección viral. Por eso los homeópatas respetamos el aspecto positivo de la enfermedad evitando antidiarreicos o antifebriles. Lo más importante es comprender la naturaleza individual del paciente, reconocer los síntomas característicos que lo hacen peculiar”, aclara Fabiana De Ridder.

Mirar a la persona

Así, unas de las características de la homeopatía son sus largas entrevistas. “Eso tiene un propósito. La histórica homeopática tiene el diagnóstico médico y los antecedentes familiares, pero también incluye una extensa lista de preguntas personales que van desde los hábitos, los gustos, las posturas, los miedos, las ansiedades, el tipo de carácter, los ciclos biológicos y más. Así logramos encontrar ese remedio único que es para esa persona”, enumera Moreno Galaud.

Si bien los homeópatas aseguran no confrontar con la medicina alopática (dar lo opuesto) hay opiniones encontradas. “Primero es necesario aclarar que los médicos que no son homeopáticos no son necesariamente alopáticos. La medicina oficial en la Argentina está basada en pruebas y evidencias científicas -afirma Francisco Abelenda, médico del Servicio de Clínica Médica del Hospital Alemán-. La homeopatía es una pseudociencia que está basada en creencias y pruebas empíricas. Pero creo que cubre un área que actualmente la medicina tradicional no trabaja: los médicos dejamos un vacío en la comunicación con el paciente, escuchar lo que le pasa espiritualmente, darles esa palabra afectuosa. Además, creo que una de las cosas que más contribuye a la desacreditación de esta medicina alternativa es la presencia de tantos profesionales truchos , sobre todo los que dan recetas para adelgazar.”

Finalmente, Moreno Galaud sostiene que de ser escuchados, la homeopatía podría ser “la medicina del futuro, pues no es tóxica, es barata, es preventiva y los sistemas de salud podrían ahorrar dinero”.

Por Marysol Antón
De la Redacción de LA NACION

Desde los albores de la Independencia

La presencia de la homeopatía en el país está ligada a algunos de los acontecimientos históricos que ayudaron a consolidar el Estado.

Así, en el libro Homeopatía y medicina académica. ¿Enfrentamiento o colaboración? , de Luis María Belgrano, se cita que José de San Martín llevó consigo un botiquín homeopático en la Campaña de los Andes. Ese ejemplar puede verse en el Museo Sanmartiniano de Mendoza.

Algo similar sucedió en la Guerra del Paraguay. Belgrano también asegura que el ex presidente de la Nación Bartolomé Mitre utilizó medicamentos homeopáticos durante aquel enfrentamiento.

Sin un título oficial

En la Argentina la homeopatía no es una medicina oficial, aunque los homeópatas deben primero recibirse de médicos en alguna de las universidades oficiales. En la Asociación Médica Homeopática Argentina dan cursos a médicos, odontólogos, farmacéuticos y veterinarios. En muchos países, como Brasil por ejemplo, esta medicina está reconocida por el Estado y se aplica, incluso, en los hospitales públicos.

Dónde consultar

Asociación Médica Homeopática Argentina: Juncal 2884, Capital; www.amha.org.ar