Argentina: Aborígenes comercializarán harina de algarrobo

Recibido de María Victoria Eraso, corresponsal de Prensa Indígena,
Abierta TV, 1 de mayo.- Asistencia del Estado. Aborígenes que conforman
diferentes grupos de trabajo en los departamentos del oeste (Ramón
Lista y Bermejo) llevan acopiadas unas 20 toneladas de harina de
algarrobo, que serán comercializadas íntegramente.

Esta tarea se enmarca en proyectos que tras ser evaluados técnicamente
recibieron asistencia crediticia del Gobierno, y han avanzado
progresivamente en la producción de esta harina de algarrobo, la cual
será adquirida por el Ministerio de Desarrollo Humano.

Se recordó que aborígenes del oeste de la provincia hace ya tiempo
comenzaron a trabajar en un programa orientado a promover el acopio
organizado de los frutos silvestres como una contribución para el
programa de mejoramiento nutricional que encara la provincia y también
apuntando a producir una serie de alimentos, no sólo para consumo
propio, sino también con las posibilidades de aportar a otros sectores.

Este producto tiene a las personas celiacas, es decir que sufran
intolerancia al gluten, como una de sus principales consumidoras de
alimentos elaborados a base de esta harina, aunque también el común de
la gente puede optar por ella dada sus cualidades nutritivas.

El algarrobo forma parte del paisaje del monte habitado por los
indígenas, quienes obtienen los frutos en forma de vaina, esta suerte
de chauchas que una vez maduras permiten obtener esa harina muy dulce,
con un sabor muy parecido al del cacao y con muchas propiedades
nutricionales.

En la composición de la harina de algarrobo se destaca la presencia de
entre 40 y 50por cientode azúcares naturales (fructuosa, glucosa y
sacarosa). Contiene además un 8 por ciento de proteínas, un muy bajo
contenido de grasas y muchos minerales: hierro, calcio, magnesio, zinc,
silicio, fósforo y fundamentalmente potasio. Y vitaminas A, B1, B2 y
D.

»»Frutos silvestres.- Hay que recordar que en las comunidades indígenas
aún se mantiene la costumbre de aprovechar el periodo de caída de
frutos silvestres que arranca en el mes de agosto y se prolonga hasta
enero. Es que los aborígenes nunca dejaron de consumir estos productos
ya que contienen todas las vitaminas y nutrientes que necesitan para
vivir bien, sobre todo los más chicos.

Entre los frutos de estación menciona a los de algarrobo blanco y
negro, mistol, chañar, tusca, kiskaloro, tuna, doca y bejuco, en sus
distintas variedades. Las frutas caídas de los árboles, se secan
naturalmente con el sol y luego son trituradas en morteros hasta
convertirse en harina.

Mezclada con agua o con aceite, se convierte en un alimento permanente
y orgánico para los aborígenes, desde enero hasta agosto. En ese lapso
los lugareños consumen este verdadero regalo de la naturaleza con el
que alimentan a sus niños y abuelos, sobre todo. También se elabora una
suerte de galleta criolla, mezclando los frutos de algarrobo blanco con
agua o leche, que es considerada altamente nutritiva•