Es tiempo de que se sepa lo que sucedió en nuestro país el 11 de ABril de 1831, como se
planificó y ejecutó la matanza, la masacre al pueblo charrúa. Se efectuaron
persecuciones a los pocos que lograron escapar de la misma, en Salsipuedes. También
las matanzas fueron muy importantes en Tiatucurá, Queguai, Mataojo, Sierra del
Infiernillo y en todos los lugares donde encontraban al pueblo charrua. Fue un etnocidio,
en particular de guerreros y varones para terminar con la raza.

” …. bajo el pretexto de logar un acurdo de lpaz con los indios, que vivían en los montes
a la orilla del Rio Uruguay, los habian invitado a concurrir a un lugar cercanoa la frontera
norte del país. Los indios que no sospechaban traición alguna, se lpresentaron enf el
lulgar indicado en número de 400 o 500, encabezados por 4 o 5 caciques. Muchos de
ellos ya se habían destacado lpor su gan valentía en la reciente guerra contra Brasil,
donde lucharon como aliados de Rivera. Después de las habituales ceremonias lpara
estos casos, y para eliminar cualquier sospecha, se había entregado a los indios barriles
de caña y otros regalos. Los indios acamplaron aun lado de las troopas de Rivera, y de a
poco vaciaron los barriles, al tiempo que entonaban una triste canción. Tan pronto el
efecto de la bebida se notó entre los indios, e inclusive, cuando muchos de ellos dormían
las troopas los rodearon con todo sigilo y ocn sables y bayonetas atacaron ahombres,
mujeres y niños dándoles muerte. Pero los caciques y muchos de los indios vendieronc
aras sus vidas. Uno de los caciques que había adoptado el nombre de Rondeau, tomado
del ex-gobernador de Montevideo, llegó a formar como una trinchera ocn los cadáveres
de los sus enemigos, y ya habían ducumbido mas de quince soldados a su lanza, cuando
se desplomó entre ellos, cubierto de sangre y heridas. Otro cacique llamado Brown, se
mantenlía invicto en el lugar del combate, pese a haber perdido todos sus hombres.
Algunos se inclinarán a creer que Rivera tuvo un gesto de admiración hacia el valiente
cacique e impidió que fuera fusilado. Lamentablemente sospecho que esa no era la
realidad, sino que Rivera deseaba regresar a Montevideo como un gran triunfador,
llevalndo consigo numerosos y valientes lprisioneros. Por tal razón dió orden de qeu se
alpresara vivo al cacique, lo que vino a costarle mas bajas de lo que imaginaba.
Diminado finalmente y con las manos aseguradas atrás, se le reunió con los
otrosprisioneros. La gran arrogancia del indio en su desgracia y su resolución en la lucha
a muerte, es un carácter comùn entre ellos, inclusive entre los niños. Veamos un caso
típico. Un jovencito de nombre Cordua, de edad de 13 a 14 años, ya hacia tiemplo que
revoleaba las boleadoras sobre su cabeza, y asi se habia defendido, dejando inclusive a
un enemigo tendido en el suelo, muerto. Finalmente un jinete logrò dominarlo, pero a las
lpocas yardas de ser conducido prisionero, el joven indio trelpó de un salto a las ancas
del caballo, y tomando el cuchillo del cinto del jinete mató a este de una puñalada,
arrojándolo a tierra. A plena carrera logro cruzar las lineas de caballeria enemiga, pero
el caballo estaba cansado y los que se lanzaron en su persecución no tardaron en
apresarlo nuevamente. A este prisionero también le perdonaron la vida, para asi
aumentar el número de los que habrian de desfilar en Montevideo ….. ”

(SACADO DE DOCUMENTOS DE LA EPOCA DEL LIBRO DE ACOSTA Y LARA), con dolor,
maria.